ABBA

Aunque para algunos no sean más que el vestigio sonoro de una época pasada, ABBA resultan indispensables para comprender la progresión del pop europeo durante los años 70, puesto que sus discos conforman un compendio en toda regla del género. Si de David Bowie se suele decir que su aportación fue un regurgitar bajo un talante absolutamente innovador las tendencias de su tiempo, otro tanto podría decirse de la obra de Benny Andersson y Björn Ulvaeus, que en modélica comandita fueron de los ecos del glam rock a las cadencias de la música disco, partiendo de una trascripción acertada y burbujeante hasta llegar a la concepción de un estilo decididamente personal. Cuantitativamente, ABBA nos dejaron cifras y records millonarios, que no demuestran más que un simple y colosal éxito comercial, algo que las vicisitudes de cientos de artistas nos han demostrado no tiene porque ir a la par que el talento. Sin embargo, cualitativamente, los suecos lograron que la originalidad impregnase la práctica totalidad de su cancionero, forjado, además, por un inusual talento para los arreglos. Clásicos con mayúsculas.

Profusamente ilustrado