Corrido del güero errante

EL VIAJERO COMO ARTISTA (Ruta 66, junio 2007)

(…) Jordi Guasch es un viajero incansable, un hombre que ha recorrido durante meses las tierras del otro continente, que ha vivido en poblados perdidos en Méjico, que se ha empapado de las costumbres de los lugareños (nada de hoteles de lujo aquí, jergones y mochila al hombro todo el rato), que se ha jugado el tipo literalmente viajando en esos típicos autobuses que son detenidos por gente malencarada y con ideas un tanto jodidillas. Además, Guasch es un aficionado a la música, y como tal ha investigado algunos de los aspectos menos conocidos de la creación artística en, por ejemplo, la frontera entre Méjico y Texas, los narcorridos, los típicos corridos de la revolución de 1910-1920, pero con letras basadas en el tráfico de drogas: venganzas, ajustes de cuentas, amores desesperados y perdidos a causa de la coca. Ése es el mundo que ha conocido el autor y que tan bien queda reflejada en esta obra (…)