Las seis cuerdas triples apalean sin piedad los oídos, y rápidamente se le unen el resto de músicos. Durante los siguientes quince minutos el apocalipsis se instala en el escenario y la muchedumbre estalla en gritos de ánimo. Es la apoteosis del concierto. Su ritmo frenético, con los dos guitarristas recorriendo el mástil arriba y abajo y construyendo sin cesar más y más estructuras sobre el puente de sus respectivos instrumentos, se contagia una vez más al expectante público. A ello contribuyen vivamente Marc, Butch y Jaimoe, que le otorgan esa imposible sensación de velocidad y crean ese incomparable crescendo. Mientras, la voz de Gregg aporta el empaque que un tema de estas características precisa […] (Extraído del libro El legado de Duane: The Allman Brothers Band (1969-2019), Jose Galván, Lenoir Ediciones)
WHIPPING POST (The Allman Brothers Band, 1969)
[…] Pero este no es sino el preludio del mejor momento de la noche. Así, cuando las últimas notas se funden ya con las sombras del escenario, de repente, Allen Woody toma su bajo de dieciocho cuerdas y con gran decisión da inicio a ‘Whipping Post’.
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