La amarga y melancólica letra de su tema más memorable recogía las aspiraciones de la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial. Y lo hacía a través de un solitario que contemplaba a una pareja -su hermana y su cuñado o Terence Stamp y Julie Christie, según la versión- cruzando el puente de Waterloo en el crepúsculo del día: “Montones de personas / Pululando como enjambres por el metro de Waterloo / Terry y Julie cruzan el río / Donde se sienten sanos y salvos / Y no necesitan amigos / Mientras contemplan la puesta de sol en Waterloo / Están en el paraíso” (Xavier Valiño, Ruta 66)
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