UNOS MÚSICOS IRREPETIBLES

En una época en que los seguidores del rock británico y del rock americano estaban enfrentados en una batalla aparentemente irreconciliable, la llegada de The Allman Brothers Band sintetizó ambas tradiciones en un estilo rompedor que preparó el terreno para el futuro desarrolló de la música.

Artísticamente, los Allman Brothers fueron uno de los más excitantes grupos de música en vivo que jamás hayan pisado un escenario. El guitarrista Duane ‘Skydog’ Allman tocaba con una energía, elegancia y originalidad que pocos rockeros han podido alcanzar, y que Dickey Betts complementaba con un sonido envolvente y fuertemente influenciado por el country, creando una característica estructura armónica basada en sus dos guitarras. La sección rítmica, impulsada por el potente bajista Berry Oakley y el doble pulso propulsivo de las baterías de Jai Johanny Johanson y Butch Trucks, era capaz de incluir tanto los artificios del jazz como inéditas cabalgadas rockeras. Añádase a esto uno de los más grandes cantantes blancos de blues de su generación, Gregg Allman, y el resultado es un grupo que, literalmente, redefinió la dirección y posibilidades que se abrían al rock’n’roll. Juntos estaban abriendo nuevos caminos, y el propio Duane Allman lo definió a la perfección: “Es una religión lo que estamos extendiendo”. (Extraído del libro en preparación El legado de Duane. The Allman Brothers Band (1969-2019), de Jose Galván, Lenoir Ediciones)

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