Su presentación en sociedad fue en 1964 en el Maritime Hotel de Belfast donde su cruda potencia les hizo ganarse un nombre en pocas semanas y un contrato con Decca que los llevó a Londres. Los siguientes dos años fueron de lo más intensos: ‘Baby, Please Don't Go’ llegó al nº 10 de los charts británicos -el single llevaba como cara B la que, con el tiempo, se convertiría en la canción más inseparable de la banda: ‘Gloria’-, ‘Here Comes the Night’ al nº 2 y al 24 del Hot 100, ‘Mystic Eyes’ permanecería ocho semanas en el 33 de las listas USA, aparecieron en la caja tonta vía Top Of The Pops y Ready Steady Go! -donde ‘Baby, Please Don't Go’ llegó a ser su sintonía-, giraron por UK y visitaron el Viejo Continente, lanzaron dos espléndidos LPs (The Angry Young Them, Them Again) y se embarcaron en un tour norteamericano que acabó con la deserción del León de Belfast agotado de los mangoneos de la discográfica: continuos cambios en la formación, imposición de músicos de estudio en las grabaciones…
Mientras sus excompañeros se liaban a tortas por quedarse con el nombre, Van Morrison comenzó una de las carreras en solitario más decentes y consistentes que ha dado la pasión por la música negra.
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