TERCIOPELO AZUL (Angelo Badalamenti, 1986)

Terciopelo azul significó una película de “primeras veces” para David Lynch: la primera vez que integraba su imaginario de organismos y texturas en una narrativa cinematográfica más o menos convencional; la primera vez que trabajaba con Laura Dern e Isabella Rossellini. 

Y, sobre todo, su primer contacto con Angelo Badalamenti (1937-2022). El pianista fue contratado para ejercer de profesor de canto de Rossellini, que en la turbada piel de Dorothy Vallens debía protagonizar algunas escenas musicales, pero acabó componiendo todo el score de la película. Su tema principal inflama los créditos según el libro de estilo del Bernard Herrmann más romántico, pero en otras composiciones colocadas en el filme de manera más discreta asoman ya la gravedad nocturna y el jazz oscilante que caracterizaría el “sonido Badalamenti” a partir de Twin Peaks (1990-1991), y él y Lynch sentaron las bases de su entente con el trabajo conjunto en ‘Mysteries Of Love’, interpretada por Julee Cruise.

Además, Terciopelo azul supuso también el descubrimiento de la capacidad del director de Cabeza borradora (1977) para resignificar la iconografía pop: el clásico de Bobby Vinton que da título al filme está ya para siempre asociado al acercamiento al subsuelo de un suburbio que abre la película, y el ‘In Dreams’ de Roy Orbison suena en nuestra cabeza como el playback abyecto que Dean Stockwell realiza ante un conmovido Dennis Hopper. A la película le falta, eso sí, una canción: la versión de ‘Song To The Siren’ (Tim Buckley) a cargo de This Mortal Coil, que Lynch anhelaba y no pudo utilizar hasta Carretera perdida (1997). [Gerard Casau, ‘Las 100 mejores bandas sonoras’ RockdeLux]

Comentarios

Deja tu comentario