ST. LOUIS TO LIVERPOOL (Chuck Berry, 1964)

Mucho habían cambiado las cosas a mediados de los sesenta. Además de los propios problemas de Chuck con la justicia, los gustos del público parecían haber convertido a los rockers originales en poco menos que dinosaurios.

Pero las versiones de sus temas incluidos en los primeros álbumes de Beatles y Rolling Stones suponen un balón de oxígeno. Su séptimo álbum evidencia ya en su título un intento de capitalizar esa influencia entre las huestes de la British Invasion. Berry responde entregando unos de sus mejores trabajos, con hits que le llevarían de nuevo a las listas tras años en el dique seco: ‘No Particular Place to Go’, ‘Promise Land’ o ‘You Never Can Tell’, que gozaría de una segunda vida en los noventa gracias a Quentin Tarantino y a su inclusión en la banda sonora de Pulp Fiction. Exquisito. (J. L. Fernández, Ruta 66)

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