Bajo la tutela del magnate el grupo abordó la que es quizás la grabación más agotadora y extenuante de su carrera, bajo la producción del medio-debutante Steve Hillage. Tenían muchas canciones, muchas ideas (varias de ellas habían sido presentadas in situ ante el propio Richard Branson antes de la firma del contrato) y mucha ambición por lograr el éxito comercial que se les venía resistiendo, a pesar de contar con el incondicional apoyo de la prensa musical británica y su prestigio ascendente como grupo en directo. El resultado de unos meses de duro trabajo (y que supusieron la marcha del batería original, Brian McGeee), fueron dos álbumes: Sons and Fascination y Sister Feelings Call. El segundo de ellos, en unas primeras ediciones, se regalaba a los compradores del primero, que podría considerarse la principal referencia de su cosecha de 1981. Canciones como ‘Love Song’, ‘The American’, el instrumental ‘Theme For Great Cities’ o ‘Sweet In Bullet’ llevaron al grupo a lograr la posición número once entre los discos más vendidos de Reino Unido. No satisfechos con ese éxito, dieron comienzo a su primera gira mundial, donde por primera vez iban a pisar países como Australia (un mercado que les recibió con los brazos abiertos) o España, en dos actuaciones ya míticas en la sala Rock-Ola de Madrid. Pero es el sonido expansivo, urbano y ecléctico de los dos discos el que permanece en la retina de sus seguidores como uno de los momentos de mayor creatividad y excelencia de toda la carrera de la banda escocesa. [Extraído de Simple Minds. Viajes, sueños dorados y canciones de amor, Héctor Neira Zubieta, Lenoir Ediciones]
SONS AND FASCINATION & SISTER FEELINGS CALL (Simple Minds, 1981)
Tras dejar atrás a la compañía Arista, y con el ingrato regusto de no haber sido apoyados ni tratados justamente, Simple Minds firmaban en 1981por la flamante Virgin, compañía de Richard Branson.
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