Es el tema que abre el que quizás sea su álbum más emblemático (lo de “mejor”, ya es cuestión de gustos) y él que les lanzó a la fama, al ocupar el tercer puesto en las listas de los discos más vendidos de Reino Unido. Compuesta por la banda en una granja cercana a la ciudad de Perth, al norte de Escocia, simboliza en si misma toda la elegancia, la ensoñación y el encanto melódico de aquel disco. Una canción emblemática, que pocas veces ha faltado en sus interpretaciones en directo y que, como ha ocurrido con otras muchas de su repertorio, fue estrenada en vivo mucho antes de ser publicada en el disco. En su versión del maxi de 12 pulgadas, la canción adquiere mayor encanto por una introducción muy sutil de Charlie Burchill a la guitarra. En su cara B la banda ofrecía a sus seguidores una de sus joyas más escondidas y que no fue incluida en el LP: el instrumental ‘Soundtrack For Every Heaven’. Sin duda, 1982 personifica uno de los períodos más fructíferos en carrera creativa de Simple Minds. (Extraído de Simple Minds. Viajes, sueños dorados y canciones de amor, Héctor Neira Zubieta, Lenoir Ediciones)
SOMEONE SOMEWHERE IN SUMMERTIME (Simple Minds, 1982)
Aunque fue el tercer single del álbum de 1982 New Gold Dream (81,82,83,84), ‘Someone Somewhere In Summertime’ se acabó convirtiendo en una de las canciones más apreciadas por el público, tanto por los propios seguidores de Simple Minds como por los consumidores más casuales.
Comentarios
Deja tu comentario