ROMAN CANDLE (Elliott Smith, 1994)

El primer disco en solitario de Smith es considerado por algunos de sus fans como su mejor álbum. En el mismo, el artista libera parte de las duras vivencias que lo marcaron durante sus años en Texas.

Su padrastro es el eje del tema principal del disco, poniendo de manifiesto que Elliott no olvida y que su rabia es catalizada a través de dulces e intensas melodías. Esos arpegios de guitarra, sumados a su susurrante voz, se concierten en ala esencia de un músico que desde el primer momento marcó un antes y un después en la manera del arte de escribir canciones. Destacan ‘Condor Ave’, ‘No Name #3’ (incluída en la BSO de Good Will Hunting) y la instrumental ‘Kiwi Maddog 2/20’, con unos efectos de guitarra que nos recuerdan a Chris Isaak. (Manuel González, Popular 1)

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