PINK MOON (Nick Drake, 1972)

La encarnación del fatalismo. Solo editó tres discos, nunca logró vivir decentemente de la música y cayó en una depresión que le llevó a la muerte después de una sobredosis de pastillas. Tenía solo 26 años. 

Su desaparición en noviembre de 1974 (acaecida en casa de sus padres, con los que había vuelto a vivir debido a su mala situación económica) no ocupó casi espacio en la prensa. No fue hasta los años noventa cuando su figura se empezó a conocer al ser reivindicado por músicos como Thom Yorke, Paul Weller, Robert Smith o Michael Stipe. En 2000, la marca de coches Volkswagen utilizó su tema ‘Pink Moon’ (el que abre este álbum) para un anuncio. El álbum, que había vendido en 1972 poco más de 3.000 unidades, despachó entonces 200.000. Una guitarra acústica, algún piano y la voz de Nick Drake. Nada más se escucha en este disco de solo 28 minutos y 22 segundos. La grandeza se encuentra en la voz susurrada del británico, doliente, sin intermediarios, como si estuviese tocando en la habitación del oyente. Música desnuda, lamentos de un alma herida, palabras temblorosas. (Carlos Marcos, El País)

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