Ringo sale al escenario en medio de un rugido ensordecedor, con una llamativa chaqueta roja bordada y los dedos levantados en señal de victoria. Puro Ringo, ya tiene al público en el bolsillo sin tocar ni cantar nada. La banda quiere empezar, pero Clapton los frena. Ringo tiene la intención de hablar, aunque el griterío no le deja. Por fin arranca: “Gracias, gracias. No sé por qué todos en el escenario son más altos que yo… Bueno, ¡menuda noche, menuda banda! Yo amaba a George y George me amaba a mí. Primero voy a cantar ‘Photograph’, una canción que escribimos juntos y que ahora tiene otro significado para mí. Después haremos ‘Honey don’t, porque George amaba a Carl Perkins”. Clapton pregunta: “¿Preparado?” Ringo responde: “¡Vamos a hacerlo!” […] (Extraído del libro Concierto para George. Crónica íntima del último milagro beatle, Nacho Para, Lenoir Ediciones)
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