El álbum alcanzó un meritorio puesto número treinta entre los más vendidos en U.K. aunque dejó un regusto algo amargo en el seno de la banda. Celebraron por fin grabar un disco y el poder mezclarlo en los mismísimos estudios Abbey Road, pero la producción del hoy afamado John Leckie (Radiohead, My Morning Jacket) no cumplió con sus expectativas. Del álbum se extrajeron dos singles, ‘Life In A Day’ y ‘Chelsea Girl’, que son considerados los primeros clásicos de la banda. Como toda obra de debut, posee una buena dosis de la energía propia de la juventud de sus compositores y al mismo tiempo las carencias características de una banda inexperta en estas lides. Aún se hacen palpables sus influencias como para dotarlo de personalidad propia, pero es un álbum muy disfrutable.[Extraído de Simple Minds. Viajes, sueños dorados y canciones de amor, Héctor Neira Zubieta, Lenoir Ediciones]
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