Ahora había que demostrar que los cuatro podía mantener un nivel tan alto. Ganaron George Harrison (y su All Things Must Pass, de 1970) y John Lennon.
Pocas veces un disco de larga duración ha sido tan capitalizado por una canción. Está claro que hay pocas piezas tan simbólicas como ‘Imagine’, ese canto a la armonía mundial que sigue siendo un lamento utópico. Dejemos que la aguja del tocadiscos siga corriendo más allá de ‘Imagine’. Encontramos otras baladas magníficas, como ‘Oh My Love’ o ‘Jealous Guy’; la clemente ‘I Do not Wanna Be A Soldier Mama’; la rabiosa ‘Gimme Some Truth’; o este dardo a su amigo querido y odiado Paul McCartney, a quien le reprocha el antipático final de los Beatles en ‘How Do You Sleep?’ (¿Como duermes?). Un disco con mucho peso en los textos y una sustancia musical de nivel. [Carlos Marcos, El País]
Comentarios
Deja tu comentario