I'M YOUR MAN (Leonard Cohen, 1988)

Tocado por la fría magia de la tecnología y calzado por la inocencia de la absoluta madurez creativa, el poeta de elegante luto cruza este espectral y dantesco “valle de lágrimas” levantando las faldas de los altares de barro de todos los poetuchos de la Era X.

Referencias espectrales a Hank Williams en la Torre de la Canción: ‘¿Se está muy solo ahí?’, a Lorca en la adaptación del ‘Pequeño Vals Vienés’ -aquí, ‘Take This Waltz’-, a Jesús, la sangre y las escrituras en ‘No hay Cura para el Amor’, mientras los esqueletos bailan y la Peste perfumada avanza, por Berlín, Manhattan, Barcelona, París, no queda nada ..., sólo es la sombra de algo que fue, el polvo de alguna catástrofe. Ya lo dicen los ángeles y los demonios: “Si quieres una experiencia única, Cohen es tu hombre”. (‘Leonard Cohen. Conversaciones con un superviviente’, Alberto Manzano, Lenoir Ediciones)

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