La música sufí, el hard rock de los setenta, la clásica o el góspel son algunos de los elementos que dan forma a este álbum capital, sin antecesores ni sucesores. El título del mismo no puede ser más apropiado, porque describe el estado en que se gestó, pero también el efecto que produce su escucha. Se paran los relojes, se deja de hacer pie, se confirma el rumor, se escucha el latido, se descifran los signos, se comprende el cómo y el porqué. Todo eso. Y mucho más. (César Luquero, RockdeLux)
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