GENE CLARK

"Tocaban en círculo, a partir de una idea central, el corazón de la canción lo aportaba Gene. Sin previo aviso había paradas, cada uno iba a hacer alguna cosa, luego volvían y la canción iba progresando, aparecía algo nuevo, Gene en el sofá, Doug a su derecha, Bernie frente a ellos en una silla muy cerca de sus rodillas y cerrando el círculo David con su bajo.

Gene comenzaba el intro, que ya habían tocado seis o siete veces, entonces cantaba los versos y ellos entraban a los coros. Por el camino habían perdido una línea, pero de repente apareció, como por arte de magia, y todos la recogieron de inmediato. Cuando el coro cantó por última vez se dieron cuenta de que aquel momento era de una belleza gloriosa. Al sonar la última nota, todos muy juntos, bajaron las cabezas mirando al suelo, perplejos y en silencio. La cohesión de las voces fue espectacular. David levantó la vista una décima de segundo y vio un aro de humo sobrevolando la habitación. Todos supimos que ése era el momento. Era perfecto. Aquella canción nunca volvieron a tocarla, al menos como Dillard and Clark, ni fue nunca grabada, al menos por lo que David pueda recordar". (Gene Clark. Vuela hacia el sol, págs. 78-79, Álvaro Alonso, Lenoir Ediciones)

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