En los primeros seis meses de lanzamiento apenas se vendieron 40.000 copias y tras la incursión del tema ‘Man in The Box’ en la programación diurna todo se disparó. En seis semanas se vendieron 400.000 copias. Lo que se puede comprobar en este trabajo es que la banda es de las más metaleras dentro de la escena grunge de Seattle. Pero sin duda, lo que capturó a tanta gente fue su sonido siniestro, melancólico y sofocante dentro de una burbuja de hard rock.
Dentro de las canciones nos encontramos con cortes inconexos y lentos a la vez muy melódicos, pero con una aportación instrumental muy accesible para el público. A todo esto debemos añadir la voz única de Stanley que nos cautivó a todos (y lo sigue haciendo). Nos quedamos con ‘Man in The Box’, ‘Sea of Sorrow’, ‘I Can’t Remember’ y ‘Confusion’, la apuesta lenta del disco acompasada por riffs de blues y unos coros perfectos, como los temas más logrados de este trabajo, aunque todos están en un gran nivel. (Extraído del libro inédito Grunge for Ever, de José Ramón Ortín)
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