DE CUANDO TOWNSHEND DESTROZÓ SU PRIMERA RICKENBACKER

La audiencia respondía a los Who de diferentes maneras. Primero estaba la agresividad. “A todos nos iban las píldoras”, decía Daltrey. “Éramos probablemente el grupo más violento que nunca haya salido de Inglaterra.”

Pero la verdad es que no todos estaban por las píldoras en la misma medida, Daltrey el que menos. La raíz y la causa de la mayoría de las fricciones que acababan a puñetazos en la banda y generaban tal excitación en el escenario eran precisamente el descontento de Daltrey con la ingestión de drogas de Townshend y Moon, lo que a menudo les ponía fuera de control. Pero después de que Townshend golpeara con su guitarra el techo del Railway Hotel en Wealdstone, Harrow, y tuviera que finalizar el trabajo destrozándola para quedar a tono, estar “fuera de control” se convirtió en la seña de identidad de los Who –remolinos de brazos, remolinos de micrófonos y una carrera de demolición conducida por un volumen inmenso. Los fans respondían a la presencia física de los Who; estridente, cortante guitarra, tensión nerviosa desatada martilleando y estallando. Los Who siempre tenían más amplificación que cualquier otro, y junto a Ginger Baker, Keith Moon fue pionero en el uso de enormes baterías de doble bombo con una jungla de platillos. (Extraído de Sharper Word. Una antología mod, Paolo Hewitt, Lenoir Ediciones)

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