CLOSING TIME (Tom Waits, 1973)

En el año en el que Bowie paseaba a Ziggy Stardust por los escenarios de medio mundo, un desconocido Tom Waits, que venía de ofrecer un espectáculo completamente opuesto por clubs de San Diego y Los Angeles, empezaba a grabar su primer disco, Closing Time

Un álbum que combinaba las canciones de piano-bar de aire jazz con los últimos efluvios folk que seguían llegando desde Laurel Canyon. Una mezcla interesante cuyo efecto melancólico, casi depresivo, se veía incrementado por la voz casi rota de Waits. Nada que ver con la efusividad de otro pianista ilustre, Elton John, ni con la blanca nitidez de Billy Joel, aunque este todavía no había publicado su Piano Man. Tom Waits se rodeó de buenos músicos y de un productor, Jerry Yester, que venía del folk-rock y contribuyó a que el disco tuviese al menos un punto de apoyo en dicho estilo. En canciones como ‘OI' 55’ se ve claramente esa inclinación, por lo que no es extraño que los Eagles sacaran una versión poco después. ‘Virginia Avenue’ descansa, claramente, sobre la otra pata musical del disco, quizás la más cercana a la visión original de su autor. Los arreglos de cuerda y metales adornan, ocasionalmente, estas historias hipnóticas de perdedores y gente nacida para correr que más adelante protagonizarían buena parte de la carrera de Springsteen. Entre ese cúmulo de vidas en la cuerda floja sorprenden la delicadeza de ‘Midnight Lullaby’, el romanticismo de ‘Martha’ y el uptempo de ‘Ice Cream Man’, un rock'n'roll en esencia. Una joya. (Fidel Oltra, ‘Hace 50 años’ Ruta 66)

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